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Para gustos ¡los colores!

Publicado por admin en noviembre 3, 2014
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Así es, la gama es tan amplia que, seguro, hay para todos los gustos. Todo lo que nos rodea está lleno de color, y cada uno de nosotros tiene su preferido, ese que nos atrae, que nos sienta bien, que elegimos antes de cualquier otro. Sin embargo, a la hora de decorar, no basta con saber cuál es el color que más nos gusta. El tono que predomina en un espacio puede crear la sensación de mayor o menor amplitud, influir en nuestro estado de ánimo e, incluso, en la temperatura ambiental.

Si bien es cierto que el color le da personalidad a las estancias y las hace más nuestras, es importante dedicar algo de tiempo a analizar los factores que rodean a cada color para hacer una elección que nos permita sentirnos totalmente cómodos en cada rincón de nuestro hogar.

Verde como la naturaleza

No es casualidad que sea el color predominante en los centros de atención sanitaria. Este color se asocia a la salud y a la eficiencia. Al verde se le considera el más relajante para el ojo, porque proviene de la mezcla del frescor del azul y de la jovialidad del amarillo. Este efecto calmante lo hace adecuado para vestir cualquier habitación.

Si el tono escogido se inclina más hacia el azul, crece en sobriedad e invita a la reflexión. Si predomina el amarillo en la mezcla, ésta irradiará una fuerza activa parecida a la del sol. Los tonos más oscuros son más exuberantes y naturales, los brillantes mejoran la visión y los suaves transmiten calma. Para las habitaciones infantiles destacan las tonalidades turquesas y verde mar que, además, son una alternativa excelente a los ya tradicionales, rosas y azules para niñas y niños, respectivamente.

Inunda las estancias de un ambiente amplio y refrescante. Evoca el crecimiento, la naturaleza y la expansión, y propicia la creatividad.

Un café con leche, por favor

Los tonos neutros son tan acogedores como los nombres que les hemos asignado: blanco roto, crema, beige, crudo… Son suaves, ecuánimes y, con diferencia, más cálidos que el blanco puro. Compañeros ideales de cualquier color intenso, nunca pasarán de moda.

La gama de colores neutros se recomienda para las viviendas que se ofrecen en venta o alquiler, porque transmite limpieza, amplitud, y resulta acogedor para la mayoría de las personas, permitiendo a sus nuevos ocupantes personalizar la vivienda con toques de color en muebles y accesorios decorativos.

Amarillo, el color del sol

Color cálido por excelencia, representa la energía y la felicidad, mejora la concentración y la velocidad del metabolismo. Los interioristas lo recomiendan para baños, cocinas y comedores, donde promueven el apetito y la alegría, además de estimular la conversación entre las personas y aportar luz a los espacios.

Pese a que es un color muy llamativo para los niños, no se recomienda para sus dormitorios porque resulta muy excitante. Por el contrario, utilizado en las escuelas mantiene el cerebro activo y despierto. En espacios reducidos, como pasillos y entradas, es expansivo y acogedor.

Mi media naranja

Divertido, optimista, entusiasta. Es ideal para invadir gimnasios y salas de ejercicios, por su fuerza activa y expansiva. Favorece la digestión, estimula el intercambio de ideas, pero puede causar, sobre algunas personas, dificultades a la hora de concentrarse o dormir. Por otro lado, tiene efectos beneficiosos en quienes atraviesan por estados depresivos.

Si vitalidad se equilibra muy bien en combinación con los tonos neutros. Hace que los espacios parezcan más pequeños, por lo que se recomienda utilizarlo con moderación. Tus invitados se sentirán bienvenidos si en la entrada de tu casa los recibes con este divertido color.

La pasión del rojo

Es el color del fuego, la vitalidad, la sangre y la pasión. El terracota, el coral o el granate forman parte de los tonos rojos, que se caracterizan por elevar el nivel de energía en una habitación. En salones o comedores reúne a la gente, entre quienes creará una fuerte impresión, por lo que debe utilizarse como punto focal en una sola pared bien iluminada. Acompaña bien a materiales como la madera o la piedra.

“Yo creo en el color rosa”

Así decía Audrey Hepburn. Acogedor y reconfortante, se asocia a lo femenino. Sin embargo, combinado con el marrón, por ejemplo, gana en elegancia y originalidad. El fucsia o ‘rosa chicle’ nunca pasa desapercibido, resulta ‘chic’, juvenil y alegre. Es éste, sin duda, un color que se mueve entre lo convencional y lo vanguardista, y hace de un salón o una habitación un lugar único.

Violetas, lavandas, lilas…

Su dramatismo y sofisticación son innegables. Es el color de la templanza, de la lucidez y la reflexión. El púrpura se asocia con la creatividad, el arte, la magia y el lujo… Será por ello que teñía las suntuosas capas de reyes, reinas, príncipes y princesas de los cuentos de hadas. Los tonos claros, como el lavanda, tienen un potente efecto sedante, por lo que son ideales para los dormitorios. El exceso de tonalidades oscuras, como el berenjena, puede resultar deprimente.

Hablando de príncipes con sangre azul

En general, se considera calmante, relajante y sereno. En estado puro transmite frialdad, suprime el apetito y estimula el pensamiento, por lo que se desaconseja utilizarlo en comedores, espacios oscuros, entradas y escaleras. Su mezcla con amarillo produce tonos más cálidos y alegres, como el turquesa o el celeste, que pueden aplicarse en salas de juego o ejercicios.

Esta asociado a sensaciones como la tranquilidad, la serenidad, la introspección, por ser el color del mar y del cielo, lo que lo hace ideal para habitaciones y baños.

En blanco y negro

El blanco es el color de la paz y la pureza por excelencia. Fresco y silencioso, transmite sensación de infinito. Es el mejor recurso para potenciar la luz natural y dar amplitud a los espacios. Combina y realza cualquier otro color al que acompañe.

En la decoración actual, el negro es cada vez más aceptado y valorado, siempre que se use con moderación o en detalles complementarios, ya que absorbe mucha luz y, por tanto, calor. Usado con buen criterio, el negro aporta elegancia y modernidad.

Ya ves que, con la información adecuada, puedes seleccionar los colores que más te gusten y que transmitan las emociones deseadas en cada espacio. Sácale provecho a cada tono y haz de tu casa tu castillo.

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