El antes y el después de una vivienda de segunda mano
El mercado inmobiliario actual ofrece excelentes opciones para comprar un piso de segunda mano y convertirlo en un lugar singular, a la medida de los deseos más exigentes. ¿Te asusta escuchar la palabra “reforma”? Alguien nos cuenta que se atrevió y consiguió un resultado más que satisfactorio.
1. ¿Qué viste en ese piso para decidirte a comprarlo y reformarlo? Las fotos del antes no son especialmente ‘inspiradoras’
Me gustó, en primer lugar, el tamaño del piso. Si buscas un piso algo más grande que los de nueva construcción, lo óptimo es conseguir un piso más antiguo y reformarlo. Por otro lado, si te gusta vivir en el centro de la ciudad, lo más normal es que encuentres un piso antiguo para reformar y adecuarlo a tu gusto y necesidades. Sinceramente, el hecho de animarme a comprarlo y reformarlo se debió en parte a la ayuda de una decoradora, ya que no podía hacerme una idea de cómo podía quedar el resultado… me gustaba, más que el piso, que estaba para tirar, la zona, el tamaño y la luz.
2. La mayoría de las personas se asustan cuando escuchan la palabra ‘reforma’ ¿no sentiste ese temor ante el proceso que pensabas iniciar?
Sí, por supuesto que lo sentí, bastante he de decir. En mi caso, el piso estaba en muy malas condiciones: fontanería, electricidad, carpintería metálica, suelos, cocina, baño… Se trataba de una reforma íntegra, y da bastante respeto porque, como te digo, no acabas de hacerte a la idea de que realmente va a quedar una vivienda estupenda. Además, en mi caso, se trataba también de cambiar los espacios de sitio y esto, en concreto, era lo que más miedo me daba.
3. ¿Por qué optaste reformar un piso de segunda mano y no comprar uno nuevo?
Considero que un piso más antiguo tiene algunas ventajas frente a uno nuevo en varios aspectos. En primer lugar, el tamaño; normalmente un piso de nueva construcción es más pequeño que algunos antiguos; además, si compras un piso para reformar, lo haces a tu gusto, no tienes nada impuesto: desde materiales, diseño de cocina, baños, etc., hasta colocar cada estancia donde a ti te guste: por ejemplo, en mi caso, donde estaba la cocina yo puse un dormitorio, donde estaba una habitación puse la cocina, donde estaba la despensa un baño… En fin, cambias todo de lugar.
4. ¿Qué fue lo peor del proceso de la reforma?
Realmente no hubo nada malo en la reforma: en mi caso todo fue bien, dentro del plazo estipulado y sin ningún contratiempo… Creo que en caso de hacer una reforma integral de una vivienda, como fue el mío, es importante contar con la ayuda de un decorador que te oriente, además, de cómo hacerlo a nivel técnico, que te ayude en la coordinación de gremios, tiempos, como puede quedarte mejor la obra, etc.
5. ¿Y lo mejor?
Lo mejor, evidentemente, fue el resultado. Mi casa quedó como esperaba, y como yo quería que quedara, que es lo más importante. Cuando ves el antes y el después, la satisfacción es grande.
6. Ahora que la reforma ha terminado y ves el resultado, de poder volver atrás ¿lo harías de nuevo?
Sí, volvería hacerlo. Volvería a comprarme una casa de segunda mano y volvería a reformarla. Yo he vivido en viviendas de nueva construcción y ahora en esta de segunda mano y, personalmente, me quedo con este segundo caso.
7. De los materiales o sistemas utilizados en la reforma ¿hay alguno que desconocías y que te haya sorprendido?
A nivel de materiales y sistemas de reforma, sinceramente no tenía idea casi de nada. En mi caso, tenía bastante claro cómo quería mi casa, pero no el resto. Por eso, en mi caso personal, fue tan importante contar con una diseñadora de interiores, que me ayudó en todo esto.
8. ¿Crees que la reforma es una vía tan válida como comprar un piso ‘para entrar a vivir’?
Por supuesto que lo creo. Como te he dicho antes, un piso nuevo es como es, no piensas en cambiar las cosas. Un piso para reformar es a tu gusto, tú decides cómo y dónde quieres las estancias, qué materiales quieres poner, cómo quieres los baños, de qué color quieres la cocina… en definitiva, tiene muchas ventajas.