¿Qué puede hacer por tu comunidad un buen administrador de fincas?
Un administrador de fincas se encarga de realizar gestiones en beneficio de los intereses de los propietarios de una comunidad, mediar en los inconvenientes que surjan entre ellos respecto a asuntos colectivos y asesorar a la Junta. Para ello, asume competencias de secretario y gestor, por lo que es aconsejable que esté debidamente colegiado, ya que así sus actuaciones estarán amparadas por un seguro de responsabilidad civil y profesional, lo que garantiza la formalidad de su trabajo.
Entre las funciones de un administrador de fincas están las de proponer y llevar a cabo las medidas necesarias para la conservación de bienes y servicios comunitarios, realizar los cobros y pagos correspondientes, tramitar las obras acordadas y las reparaciones que hagan falta, todo ello con la autorización previa de la Comunidad de Propietarios.
Tener un administrador es uno de los servicios más rentables, si el profesional seleccionado cumple de manera cabal con todas sus funciones, porque garantiza a la comunidad la optima inversión de sus recursos económicos. Por esto es importante cerciorarse de contratar a un profesional que sea capaz de:
Llevar las cuentas al día y con la mayor transparencia, presentando con la regularidad necesaria informes económicos, presupuestos y liquidaciones anuales que permitan a los propietarios tomar las decisiones más convenientes para todos y estar informados de todos los asuntos que les competen. Obviamente, esto incluye la correcta administración, mediante una cuenta bancaria a nombre de la comunidad, de los fondos aportados por los propietarios.
Resolver los casos de morosidad que puedan presentarse, poniendo al tanto de ello a la Junta de Propietarios y tomando las medidas pertinentes para reclamar el pago correspondiente, ya sea por vía amistosa o judicial.
Contar con un equipo profesional y cualificado en los campos relacionados con la actividad, para así poder asesorar a los propietarios de una manera integral y solucionar cualquier eventualidad que ocurra.
Hacer todo lo posible por reducir el gasto de la comunidad, negociando eficazmente con los proveedores.
Liberar a los propietarios de la mayor parte de las inquietudes, gracias a una atención eficaz de las necesidades de la finca y de los procedimientos a seguir.
Estar atento a la calidad del servicio que ofrece a sus clientes, al velar por el cumplimiento de los servicios contratados para la comunidad.
Solicitar las subvenciones y financiaciones disponibles y oportunas para obras de remodelación o adecuación de los espacios comunes de la edificación.
Dicen que ´cuentas claras conservan amistades´y una buena relación con los vecinos es un inestimable beneficio que un buen administrador de fincas puede conseguir para nuestra comunidad de propietarios.